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Después de cuatro décadas sin tener más capacidad propia para producir gasolina, México dio un paso al frente la semana pasada al adquirir el 100% de una refinería que no está en su territorio nacional.
Deer Park es una de las 20 instalaciones con mayor capacidad en Estados Unidos y una de las más antiguas (fundada en 1929).
Desde 1992 estuvo manejada en copropiedad por la empresa neerlandesa Shell y la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Pero el gobierno de México lanzó una sorpresiva oferta a su socio este año, la cual recibió el visto bueno la semana pasada del gobierno de EE.UU., que tenía que verificar que no hubiera problemas de seguridad nacional.
«Es histórico», celebró el presidente Andrés Manuel López Obrador al hacer el anuncio el miércoles.
«Ahora vamos hacia la autosuficiencia. Esto nos va a permitir, sobre todo, mantener precios bajos en gasolinas, en diésel, en turbosina y en otros petrolíferos, porque tenemos capacidad para procesar nuestra materia prima. Ese es el cambio en política petrolera», señaló.
Su gobierno está pagando US$600 millones a Shell más otros US$600 millones para liquidar deudas.
Si bien la gran eficiencia de Deer Park ayudará a resolver el déficit de producción de combustibles de México, que paradójicamente es un país petrolero, la compra se da al mismo tiempo que el mundo se mueve hacia la sustitución del petróleo por otros energéticos.
«López Obrador quiere retomar un modelo de desarrollo económico que fue exitoso en 1960. Es un planeta Tierra completamente diferente», dice a BBC Mundo la analista Rosanety Barrios.
Otros expertos de la industria consideran que es una buena decisión a corto plazo, pero encuentran contradicciones en el discurso del gobierno de buscar soberanía energética con una refinería ubicada en otro país.
«La refinería de Deer Park está en Estados Unidos y López Obrador siempre se ha quejado de que México dependa de que de Estados Unidos. Pero no es una decisión descabellada, a mi modo de ver», señala Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker de la Universidad Rice (Texas, EE.UU.)
¿Qué aporta Deer Park?
Los años dorados de México en la industria petrolera quedaron atrás hace tiempo.
El país dejó de ser uno de los grandes exportadores de crudo y perdió la autosuficiencia de combustibles desde hace varias décadas. En la actualidad solo cuenta con seis refinerías en activo, la última inaugurada en 1979.
Esas refinerías tienen numerosos problemas de operación -según López Obrador fueron intencionalmente abandonadas por los gobiernos predecesores- por lo que en la actualidad solo trabajan a un tercio de su capacidad.
En cambio, Deer Park opera al 90% de su capacidad, que es de 340.000 barriles de petróleo al día.
«Está integrada al complejo petroquímico de Shell en Deer Park, lo que facilita que muchos de los productos adicionales a gasolina, a diésel y turbosina se puedan comercializar de manera muy ágil y con mucho poco en logística porque están prácticamente juntos», destacó el director de Pemex, Octavio Ramírez Oropeza.
El funcionario expuso que Deer Park, al ubicarse en la costa del Golfo de México en el área de Houston, cerca de las fronteras y puertos de México, permite aminorar los costos de transporte de combustibles.
Según los analistas, López Obrador tomó la decisión de comprar Deer Park fuera de su plan energético ante la incertidumbre de cuándo estará lista la refinería de Dos Bocas.
«Le va a costar a Pemex US$600 millones de dólares, la mitad de la refinería que está comprando, versus más de US$9.000 millones que le cuesta Dos Boca. O sea que es siete u ocho veces más barato en términos de la capacidad que están comprando», señala Monaldi al hacer notar que construir refinerías en el hemisferio Occidental no es la mejor idea.
Si bien Deer Park puede facilitar al gobierno mexicano la cobertura de la demanda actual de combustibles, Rosanety Barrios advierte que las cuentas del gobierno son «muy, muy optimistas».
Actualmente, el país consume 1,43 millones de barriles de combustibles al día. Y sus refinerías, según los datos oficiales, generan poco más de 863.000 barriles al día. Los otros 690.000 son comprados en el mercado internacional.
Al agregarse toda la capacidad de Deer Park, el país superaría los 1,2 millones de barriles, pero aún estaría en números rojos respecto a la demanda.
La apuesta del gobierno es sumar otros 340.000 cuando la refinería de Dos Bocas entre en operación e incrementar la producción de las seis que ya operan mediante una modernización.