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La periodista quiso compartir este momento con todos sus seguidores. Con la ayuda de la actriz Karla Monroig, la presentadora dio la bienvenida a su nueva imagen como un paso definitivo a su «sanidad total»
Su camino a la sanación, así afronta Lourdes del Río este proceso de salud tras ser diagnosticada con cáncer, primero de mama, y, luego, de piel.
Lejos de asentarse en el miedo constante o la pena, el agradecimiento y la fe se han convertido en sus mayores y mejores herramientas para llegar a la meta, que no es otra que su bienestar total.
Decidida a compartir con el público, su gran aliado por tantos años, todo el proceso, la periodista mostró cómo fue deshacerse de su cabello y rapárselo al cero. Lo hizo con la ayuda de una gran amiga, la actriz Karla Monroig.
«Y llegó el momento. Mi pelo dice adiós por ahora para dar paso a mi sanidad total», explicó en una de sus publicaciones en las que ella misma se rapa la parte delantera. «He decidido compartir 𝗧𝗢𝗗𝗢 el proceso con ustedes. El video 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗢 lo pueden ver ahora mismo en mi canal de YouTube o en mi página de Facebook con lujo de detalles», escribió.
Como buena periodista, a Lourdes no se le escapan los detalles más importantes, entre ellos, la sensibilidad de los animales ante un momento tan decisivo en su vida. Uno de cambios, a la vez que comienzos.
Tras raparse el cabello, sus perritos tuvieron unas reacciones que Lourdes enseñó con gran amor. «Paquito no paraba de ladrar, luego se aisló del grupo como afectado, mientras tanto Chispita no se despegó de mi lado durante toda la noche. Me movía la colita, me daba besitos, como si quisiera decirme mamá todo estará bien y yo te amo aunque no tengas pelito por ahora», explicó con ternura.
Este domingo, la periodista se mostró con su nueva imagen en la edición del domingo de Despierta América, derrochando positividad, amor y mucha belleza, interna y externa.
Su video despidiéndose de su cabelle se hizo viral de inmediato en las redes sociales, donde mucha gente aplaudió la naturalidad y cercanía con la que llevó a cabo este proceso.
Lourdes lo tiene claro. Esta experiencia es sanadora y le deja una lección de vida, seguir amándola y apostando por ella con positivismo. Sus ojos miran este tratamiento como ese paso a la fortaleza y la sanación, así que su testimonio está cargado de optimismo y convicción.
«Mi espíritu, mi fe y mi corazón están a prueba de balas», añadió. Unas palabras que quedan constatadas con su sonrisa, esa que ilumina e inspira a tanta gente que está pasando por lo mismo y su ejemplo les sirve de motivación y empuje.

