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Sus pequeños estuvieron junto a él vestidos del equipamiento del Barcelona, jugando, riendo y animándole.
Shakira no ha tenido problema en que acompañaran a su ex en en este momento tan significativo.
A un lado quedaron las posibles rencillas para dar paso al cariño y al respeto con el que formaron su familia durante más de una década.
A pesar de la tristeza, Piqué también sonrió cuando golpeó el balón con sus hijos, escuchó a los forofos gritarle y se abrazó a sus compañeros.
«Era el momento de darnos espacio, un poco de aire, y estoy convencido de que en un futuro volveré a estar aquí», añadió mientras los asistentes le gritaban «¡Presidente!».